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Todos hemos tenido momentos de aprendizaje y desarrollo en los cuales nos dimos cuenta de cosas que no teníamos incorporadas a nuestra vida y que después de este momento de conciencia no podemos pasar sin ellas. Hay vivencias que indudablemente nos cambian la vida. Y en mi caso, no me cansaré nunca de decirlo, una de las cosas que cambió mi vida y la perspectiva con la que la vivo es éste maravilloso libro de Stephen Covey “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”. La filosofía que aquí se presenta la he visto otras veces, con distintos nombres y enfoques pero leyendo y practicando lo que éste libro proclama es donde lo experimente por primera vez, cosa que sigo viviendo hasta el día de hoy.

La persona en su totalidad, en todas sus facetas.

Los 7 hábitos es un libro que trata de como vivir tu vida no solo como persona individual, con tus virtudes, tu personalidad y tus hábitos personales sino también habla de la persona como ser social, como ser que se relaciona con los demás. Dependiendo de como sea esa relación con los demás la persona será, en mayor o menor medida, feliz.

Uno de los conceptos que me gustan de éste libro es el hecho de ver al ser humano como un ser interdependiente. Hay tres tipos de personas en cuanto a su relación con los demás: los dependientes, los independientes y los interdependientes.

Las personas dependientes necesitan al otro para sobrevivir. No son capaces de tener iniciativa y si la tienen necesitan de la aprobación del otro o no la pueden llevar a cabo sin manipular o anular al otro. Para estas personas es de suma importancia lo que el otro piense y siente sobre ellas. Necesitan que el otro piense por ellos o hagan las cosas por ellos pues no saben actuar sin la dependencia del otro. Son seres frustrados y según la dependencia sea física, mental o emocional dependen de lo que los demás hacen, sienten o piensan sobre ellos.

La personas independientes no necesitan a nadie, se hacen cargo de ellos mismos. Los independientes piensan, eligen y actúan por ellos mismos sin tener en cuenta al otro y sin necesitar nada de los demás. Son personas aparentemente fuertes y seguras de sí mismas pero que nunca llegarán a ser líderes o funcionar bien en relaciones personales, familiares o laborales pues no saben cooperar y les cuesta trabajo funcionar en equipo.

Las personas interdependientes son mucho más maduras y evolucionadas. La vida es por naturaleza interdependiente. La interdependencia se basa en el nosotros, en la cooperación, en la combinación de talentos, en utilizar los mejores recurso de cada uno para exponenciar los resultados.

Los 7 hábitos precisamente logran darle cualidades de interdependencia a las personas de manera que su vida sea plena y llena de éxito en cualquier ámbito ( profesional, familiar, social).

Los hábitos 1,2 y 3 llevan a la persona a ser independiente. Nos liberan de la dependencia del otro de manera que podemos hacernos cargo de nuestra vida, de nuestras decisiones y comportamientos.

Habito 1: Se proactivo

Básicamente este hábito se basa en la idea de centrarse en lo que está dentro de nuestra influencia, en aquello que está en nuestras manos y sobre lo que podemos directamente influir. Independientemente de las condiciones que hay en mi entorno, yo tengo la capacidad de elegir y actuar para mejorar aquello que puedo mejorar. Por ejemplo, si una persona se centra en que hay crisis, en el paro, en lo difícil que es encontrar trabajo ( cosas que están fuera de su alcance) y se queda pasiva pensando que no hay nada que hacer o las acciones que toma serán pco efectivas. Esa persona se comporta de una manera reactiva, solo causará tensión tanto en su interior como en el medio que la rodea y no llegará a ninguna parte. Sin embargo si una persona se centra en prepararse muy bien como profesional, aprender técnicas de ventas para poder venderse mejor, hacer un curriculum que impresione, etc esa persona se está centrando en su círculo de influencia y tendrá mas posibilidades de conseguir algo que la otra. Aunque el entorno sea adverso, siempre tenemos la capacidad de elegir, sobre todo elegir como pensamos y nos comportamos. Eso nadie nos lo puede arrebatar. Como decía Eleanor Rooselvert: “Nadie puede herirte sin tu consentimiento” y Gandhi proclamaba: “Ellos no pueden quitarnos nuestro auto respeto si nosotros no se lo damos”.

Hábito 2: Empieza con el fin en mente.

Es importante saber donde vamos. ¿Cómo quiero vivir? ¿Que me gustaría que la gente dijera de mí? ¿Qué es lo que realmente deseo en mi vida familiar, laboral, social y personal? Tener clara tu meta, aquello que si hoy fuera el ultimo día de tu vida te gustaría haber conseguido es un paso clave para encontrar tu felicidad. Sabiendo eso, sabrás hacia donde quieres ir y hacia donde tienen que ser dirigidas tus acciones.

Hábito 3: Primero lo primero.

Teniendo claro nuestras prioridades y el hábito anterior, ¿estas actuando de manera que avanzas hacia donde quieres avanzar? ¿Pasas demasiado tiempo mirando el movil, viendo la tele, limpiando la casa y tareas con menos importancia que pasar tiempo de calidad con la familia y amigos? O ¿cuantas veces pasamos tiempo en el trabajo dedicados a tareas que no llevan a nada en vez de dedicarnos a tareas que nos hacen avanzar y estar más cerca de nuestras metas?. Priorizar y evaluar el grado de importancia que tiene una tarea en ese momento es fundamental a la hora de elegir que hacer primero y evitar dejarnos llevar por acciones sin importancia que nos interrumpan continuamente y nos distraen de avanzar hacia donde queremos avanzar.

Hábito 4: Pensar en ganar-granar.

Cuando tenemos una relación con otra persona, la fluidez y lo que cada uno saca de esa relación tiene varias posibilidades: Que los dos pierdan , que uno gane y el otro pierda o que los dos ganen. El fin que deberíamos buscar siempre para que una relación sea efectiva es buscar que las dos personas implicadas en ésta relación salgan ganando. Cuando me enfrento a una relación con el objetivo de ganar independientemente de que el otro gane o no, cuando quiero tener siempre la razón, no estoy siendo efectivo. La persona de éxito busca que tanto él como el otro ganen, saquen provecho de la relación. En éste hábito comienza la ínterdependencia y las personas con mayor éxito tanto personal como profesional lo practican.

Hábito 5: Procura comprender primero, y luego ser comprendido.

Este es el principio de la comunicación empática. Para comprender al otro, primero tenemos que escuchar, y escuchar no es dar nuestra opinión y decirle al otro lo que debe o tiene que hacer. A veces alguien nos cuenta algo no por recibir consejos sino por otros motivos. Pero a veces no escuchamos si no que directamente nos saltamos ese paso y queremos que el otro nos escuche, coja nuestros consejos y se de cuanta de que esta equivocado ( según nuestro punto de vista, claro). Escuchar y comprender al otro son la base de una buena relación personal y profesional.

Hábito 6: La sinergia.

Básicamente éste hábito explica que si trabajamos juntos podemos multiplicar los resultados. Cuando cooperamos y unimos nuestros talentos y recursos llegamos más lejos.  

Hábito 7: Afila la sierra:

Esta es la base de una autorenovación equilibrada. Es importante cuidarnos para poder dar lo mejor de nosotros mismos. Nuestros cuatro niveles necesitan cuidados y atención y quién mejor que nosotros puede llevar a cabo esta tarea. Un equilibrio y una atención a nivel físico, mental, espiritual y emocional es importante para vivir una vida plena y feliz.

Espero que os haya gustado mi resumen de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Os animo a que leáis el libro y que experimentéis con los ejercicios que en él se proponen. Estoy segura que veréis transformarse vuestra vida.