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El Enfoque Mental: La Clave para Controlar el Estrés

Una de las herramientas más poderosas para combatir el estrés es la autoconciencia. Darse cuenta de cómo reaccionamos ante el estrés y cómo lo dejamos influir en nuestras vidas es el primer paso para tomar el control. El estrés a menudo proviene de nuestras interpretaciones de las situaciones, más que de las situaciones en sí mismas.

Miremos donde miremos y está en boca de todos lo maligno que es el estrés y a pesar de eso, no nos damos cuenta que actuar depende de nosotros mismos. Los efectos del estrés son devastadores y muchas de las enfermedades actuales se deben a un mal manejo de la vida moderna en la que vivimos, dejándonos llevar por las prisas, el mal uso de la tecnología, la mala organización de las tareas diarias o el exceso de trabajo que de una manera irreal nos intentamos imponer. No hace falta decir que la vorágine de la vida actual y del mundo en el que vivimos la mayoría de las veces nos lleva a una mala alimentación, el sedentarismo y a dormir poco y mal.

Es fundamental establecer hábitos saludables que no solo calmen nuestra mente, sino que también reprogramen cómo enfrentamos los retos diarios. El primer paso es querer hacerlo, tener esa claridad de que queremos una vida más tranquila, queremos instaurar hábitos antiestrés  y sobre todo, reconocer que el momento para actuar sobre nuestra salud es ahora, cuando todavía no es demasiado tarde.

Aquí te comparto 5 hábitos clave que no tienen que ver con la alimentación para combatir el estrés de una manera más eficaz y menos conocida.

1. Respiración Consciente (Respiración Diafragmática)

La respiración es una herramienta poderosa, pero subestimada, para reducir el estrés. La respiración consciente, también conocida como respiración diafragmática, consiste en respirar profundamente desde el abdomen en lugar del pecho. Es una técnica sencilla a la vez que poderosa para activar el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación para reducir el estrés y mejorar la calma mental. Al enfocarte en tu respiración, el sistema nervioso parasimpático disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés y ayuda a reducir la frecuencia cardíaca rápidamente. Practicar solo 5-10 minutos al día de respiración consciente puede tener efectos notables sobre tu nivel de calma y claridad mental. Lo puedes acompañar de meditaciones guiadas como esta de Anabel Otero Yoga.

Cómo implementarlo: Tómate unos minutos al despertar o antes de dormir para sentarte en silencio y practicar respiraciones profundas. También puedes usar esta técnica en momentos de tensión para mantener la calma.

2. Expresar Gratitud Diaria

La práctica de la gratitud diaria es un hábito que tiene un impacto sorprendente sobre el estrés. Cuando centramos nuestra atención en lo que tenemos, en lugar de lo que nos falta o lo que nos preocupa, estamos reentrenando a nuestro cerebro para enfocarse en lo positivo. Esto cambia nuestra perspectiva y reduce el impacto emocional de las situaciones estresantes.

Cómo implementarlo: Antes de acostarte, escribe tres cosas por las que te sientas agradecido ese día, por pequeñas que sean. Con el tiempo, notarás que esto te ayuda a mantener una mentalidad más tranquila y optimista. Si quieres saber más sobre como escribir un diario de gratitud puedes leer este artículo de Haztúa Psicología Positiva.

3. Exposición a la Luz Solarwoman in blue denim shorts lying on brown rock during daytime

Este es un hábito que muchos no asocian con el estrés, pero la exposición regular a la luz solar tiene efectos profundos en nuestro bienestar emocional. La luz natural regula nuestros ritmos circadianos, lo que mejora el ciclo de sueño-vigilia y reduce la producción de hormonas del estrés. Además, la exposición al sol estimula la producción de vitamina D, que está asociada con una mejor salud mental y un menor riesgo de ansiedad y depresión.

 

Cómo implementarlo: Intenta pasar al menos 15-30 minutos al día al aire libre, preferiblemente por la mañana, para beneficiarte de la luz solar. Esto no solo reducirá el estrés, sino que también mejorará la calidad de tu sueño.

4. Salidas Espontáneas: Romper la Rutina

A veces, una de las mejores formas de reducir el estrés es simplemente romper la rutina. Cuando estamos atrapados en el mismo ciclo diario de trabajo y responsabilidades, nuestro cerebro se sobrecarga, y el estrés se acumula. Tomarse el tiempo para hacer algo inesperado o placentero, como una salida espontánea a la naturaleza, un paseo o una actividad creativa, puede aliviar el estrés rápidamente.

Cómo implementarlo: Dedica al menos una vez por semana a hacer algo fuera de lo común, sin planearlo con demasiado detalle. Puede ser una caminata al aire libre, visitar un nuevo lugar en tu ciudad o dedicarte a un hobby que te apasione, entre muchas cosas más.

5. Terapia de Flotación o Baños de Magnesio

Uno de los hábitos menos conocidos, pero altamente efectivos para reducir el estrés es la terapia de flotación o tomar baños de sales de magnesio. La terapia de flotación, que implica flotar en una cámara de aislamiento en agua salada con alta concentración de sales de Epsom (sulfato de magnesio), reduce significativamente la actividad del sistema nervioso simpático, que es responsable de la respuesta al estrés. Además, el magnesio es un mineral clave para la relajación muscular y la calma mental.

Cómo implementarlo: Si no tienes acceso a una cámara de flotación, puedes recrear la experiencia en casa añadiendo sales de Epsom a tu baño regular. Tomar un baño de 20-30 minutos en agua tibia con sales de magnesio antes de dormir puede ayudarte a relajar los músculos y prepararte para un sueño reparador. Lee más sobre esto aquí.

Conclusión: El Estrés Se Aborda desde Múltiples Ángulos

El estrés crónico no es algo que podamos eliminar por completo de nuestras vidas, pero podemos aprender a manejarlo de manera más eficaz. Más allá de lo que comemos, implementar hábitos como la respiración consciente, la gratitud, la exposición al sol, romper la rutina y baños de magnesio puede tener un impacto profundo en cómo manejamos el estrés a largo plazo.

Recuerda, la clave está en la constancia. Estos hábitos no tienen que ser complicados ni requerir mucho tiempo. Incorporarlos poco a poco en tu día a día puede marcar una gran diferencia en tu bienestar emocional y mental, y en cómo enfrentas los retos que la vida te presenta.